Recientemente, he leído en clase de Lengua un texto en el que nos planteaba un problema que viene aumentando su importancia en los últimos tiempos: la educación de los niños. Pues bien, el texto en cuestión nos habla de una madre que no le daba un "cachete" a su hijo porque había visto en las películas americanas que eso le ocasionaría un trauma. Y nada más lejos de eso, la que se ve que tiene un trauma es la señora del texto, porque el chiquillo la trataba fatal y no admitía otra dieta que no fueran huevos fritos con patatas. Cuando el chico se hizo mayor, estaba hecho una bola de grasa y no quería estudiar ni hacer deporte porque se cansaba. Esto nos plantea el problema del que hablo: ¿Es bueno consentirles todo a los niños por miedo a que sufran un trauma? Pues la realidad habla por sí sola. En el ejemplo que he puesto del texto, podemos observar los resultados de este tipo de educación. Pero entonces, ¿hay que ser estricto con la educación de los niños? Esta forma de ver la educación es radicalmente distinta a la anteriormente mencionada. Pero igualmente puede llevar a los mismos resultados. Ocasionaría una rebelión ante las normas, o actitudes violentas contra su propio entorno. Parte de culpa de todos estos problemas la tiene la ley del menor. No digo que sea mala, sino que con tanto defender a los menores, se les está dejando hacer lo que quieran sin consecuencias. La sociedad ha creado unas preguntas y unos problemas, y ahora le toca a la sociedad responderlas y solucionarlas.